CAVERNA

"Demasiado funesto para soportarlo o megamente increíble para dimensionarlo, escapamos de la realidad para intentar comprender lo que sucede… aunque a veces no sea necesario y llegue a ser inútil, porque sólo tenemos que vivirlo."


Ya esperaba yo un desenlace como éste. Conclusiones, conclusiones, por qué y para qué existen. Es extraño pero durante estas semanas todo ha estado en calma, de hecho creo que este es el ánimo que he buscado por mucho tiempo y no hay ningún desastre del cual lamentarme, pero me intranquiliza que todo esté bien… las cosas marchan como anhelaba, más bien, nada se mueve… pero extrañamente todo sigue su curso. Siento estar a las puertas de una caverna, escondido del radiante día que ha sido emancipado en los cielos que subasto… me apoyo de espaldas en una de sus frías paredes para pensar sólo un minuto. Sé que afuera el sol resplandece tan potente que quema con su calor, escucho el mar bramando al golpear sobre los roqueríos, y al viento levantar la arena de su nacimiento, pero esto que yace en armonía sorda no hace más que preocuparme.

Contemplo la profundidad de la cueva, el vacío ensordecedor que absorbe al silencio para convertirlo en su esencia, y no me asusta como podría imaginar, porque alcanzo a divisar sus dimensiones, todo se estructura por paneles naturales de arenas petrificadas que comienzan a reflejar en pequeños segundos la luz que captan del horizonte. De hecho ahora que veo mejor, su color oscuro no es negro, pareciera ser un profundo moro que no alcanza grandes distancias del débil oleaje remanente que ingresa a la caverna. El aire raía fresco, y tampoco algo me presionaba desde adentro para salir de aquí… Creo que realmente estoy escondido en este paréntesis del tiempo… me da miedo que todo esté bien y yo no sea mi propio obstáculo, ¿por qué me aterra estar tan bien?, acaso ¿he hecho de la felicidad mi problema? Digo, sé que no estaré absuelto de los problemas el resto de mi vida, de hecho hoy los tengo, pero no son imperativos como… antes. 

Sostengo que todo es una cuestión de enfoque, porque ahora sin darme cuenta camino por el pasillo, que en vez de oscurecerse aún más, se ha aclarado por un zócalo en la superficie, algo como una especie de tragaluz natural dentro de la caverna. Me estaba escondiendo de algo de lo que no se puede escapar, no me devolvía a los restos sombríos que alguna vez el ayer turbó, sólo hacía esta pausa; me metí en la cueva para asegurarme de que lo que está pasando, realmente sucede, pero creo que todos lo hacemos, necesitamos un espacio en el cual escabullirnos ya sea de la tristeza o la perseguida felicidad, para comprobar desde un lugar alterno el evento que está cursando nuestra vida. Demasiado funesto para soportarlo o megamente increíble para dimensionarlo, escapamos de la realidad para intentar comprender lo que sucede… aunque a veces no sea necesario y llegue a ser inútil, porque sólo tenemos que vivirlo.

Metí mis manos a los bolsillos y respiré profundo, mientras percibía como el sol progresivamente descendía por mi espalda al mismo tiempo en que el agua inundaba mis pies.

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