Puntos del Reinel.

"Tomaba aquel momento ahora, o lo perdería como otros. Sujeté al tiempo de su garganta y amenacé al espacio contra su propia fuerza corpórea. Eran los viejos amigos que últimamente no estaban funcionando como yo estimaba. Hice una pausa para contemplar la llanura fría y exacerbada en vida para cubrir mis pensamientos en conclusiones inesperables. Y éstas sólo las logro con cuatro puntos de Reinel."





No tardé en escabullirme en medio de la inmensidad creciente que veía cada vez que amanecía. Subí al punto más alto al cual llegué para rodearme de los designios propios de la complejidad natural que se encadenaba potente de Norte a Sur. Fuerza, concentración, frialdad y nitidez. Uno a uno, con cada paso, sacaba pensamientos al aire, para que la elocuencia los ordenara. La caminata sustentada por la densidad de la foresta era la razón que me entregaba la paz. Y nada calmaba más la ansiedad que un buen compañero recién expreso, quien derramaría su calidez para involucrar al sentido que nunca se equivoca. Y faltaba el protagonista, no hay historia sin alguien quien la escriba, sin alguien que haga, sin alguien que crea y cree. Los puntos del Reinel, eran lo que siempre indicaban mi camino, los que trazaban la ruta que debía seguir. Al Norte yo, al Oeste las montañas de los infundados cielos, del Este un espeso bosque para caminar y del Sur, el elixir que despierta al Soñador.   

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