CHOCOLATE & MENTA

"Sosiego en noches insondables y expresiones solemnes de amor profundo en la sencillez de una taza."

La ventaja de tener un blog personal sin popularizarlo, siquiera entre tus cercanos, es poder expresar cosas como estas de las que muy tarde ellos se enterarán. Este año no viajé a casa para pasar las fiestas de navidad. A pesar de todos los factores pandémicos sólo deslumbro uno más fuerte: sosiego... nadie acertará respecto a lo que siento hace meses como para entender el por qué me faltaron fuerzas de arrojo para llegar si o si allá, y me reservaré por supuesto el genuino origen de aquello. Agradezco lo que pude hacer, invitar a seres queridos a oncear una tarde en mi morada, sentarlos alrededor de mi mesa y servir por regocijo kuchenes y las siempre listas tazas hervidas, y que mejor haber preparado durante un mes completo cada espacio de la casa para orquestar los momentos que espero los invitados reserven por largo tiempo, descansen un trío de horas mientras la conversación y risas fluyen entre las anécdotas que nos transportan a navidades pasadas y del presente, fumarolas que van esparciéndose por la línea de la vida hasta un punto indivisible, entre avellanas, nueces, chocolates, maicena y boysenberries he acertado con algunas preparaciones, productos que estuvieron presentes en mi mente listas para ser hechas realidad a penas pudiera disponer de mi tiempo y dinero. 

He tenido noches de diciembre en las que pienso no poder más, desvelos insoportables y jornadas desorientadas, y son estos motivos, los que me sosiegan en la privacidad de mi hogar, cuando batallo con la anticipación, el futuro borroso y la lejanía abrupta de mi familia; me armo de valor al preparar ocasiones sobresalientes para los demás aunque ni sepan que estamos conmemorando, diciembre se trata de provocar nochesblancas, noches resplandecientes, amenas y abnegadas colmadas de solemnidad mientras las estrellas tachonan el firmamento. Y sí, he descubierto que preparar esto aún estando solo, es reflejo del amor propio que intento acostumbrar. Dejo entonces mi invento para cada navidad, la fórmula que me llevó dos intentos previos con 7 años de diferencia:

Ingredientes:

  • 1 tarro (360 ml) de leche evaporada de coco (funciona mejor que con otras leches vegetales).
  • 2 tazas de agua
  • 5 cucharadas de maicena
  • 10 cucharadas de cacao amargo
  • 5 cucharadas de azúcar morena
  • Nuez moscada y canela (en polvo)
  • Almíbar de menta.
Preparación:

  1. Vierte la leche evaporada de coco en una olla, incorpora las dos tazas de agua revolviendo, comienza a cocinar a fuego lento.
  2. Poco a poco agrega la maicena tamizada (debes agregar una cucharada a la vez pasándola sobre un colador pequeño) revolviendo continuamente para evitar grumos.
  3. Agrega el azúcar revolviendo constantemente. Notarás que el liquido comienza a espesarse ya que ha tomado más temperatura.
  4. Incorpora el cacao sin dejar de revolver, y mientras se disuelve agrega la nuez moscada y la canela, prueba la intensidad de estos sabores ya que el mismo gusto irá realzando el chocolate.
  5. Déjalo reposar 5 a 10 minutos, quedará en su punto, sirve en tazas y opcionalmente has círculos con el almíbar, coroniza con especias o masmelos.
Nota: el almíbar de menta es 1 taza de agua, 3/4 taza de azúcar y 1 taza de hojas de menta picadas llevadas a hervor esperando que se disuelva el azúcar, no se revuelve y creo que es mejor frío.

Esta ocasión, sin metáforas o hipérboles me comprueban que estoy viviendo parte de lo que una vez ideé en un cuarto de madrugada preguntándome ¿hasta cuándo? ¿Cuánto más?.

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