» NOCHES BLANCAS ❅ EL EXPRESO DE JUBILEE «
"Los atajos sólo existen para
apresurar lo que debe ocurrir. Tú decides tomarlos o no, pero ten seguro, que esquivarlos, te harán perder una aventura: conocer el amor, crear un recuerdo feliz o fortaleza para el viaje. Cuando nieva déjate atrapar por la ventisca, sí es ella la que detiene el tren, es por que llegó la hora de vivir un nochebuena o buena noche."
Jubilee
Dougal & Stu Weintraub
Al igual que muchas historias,
creo que ninguna se compara a las que se producen mágicamente en noches como
esta. Hoy, es nochebuena. Y entre la recopilación de frases, me he aventurado
en conocer el amor a bordo de un largo tren que nos atrapará en la peor
ventisca de los últimos años, pero antes, de comenzar el recorrido de su
contenido, seguiremos el consejo de Julie, y haremos una reserva de alimentos
vendidos a velocidad exponencial en este expreso día, hasta “me
entraron ganas de felicitarlos por estar tan bien preparados para las fiestas.
Compré un redondel de pizza, dos barritas de chocolate, los muffins, la bolsa
de frutos secos, una pieza de fruta mustia y un vaso de chocolate caliente.”
(28) Ahora sí, podemos comenzar:

“Mis padres (de Jubilee) creen que hay que tener cierta catadura moral
para llegar a ser uno de los miembros del club de compradores de miniaturas de
Flobie.” (84) una elite revolucionaria fanáticos de navidad, que
cada año buscan y persiguen las piezas de una ciudad polar, LITERAL, una
ciudadela que se vuelve más y más grande, hasta ocupar una mesa de comedor sólo
para sí y una docena, LITERAL, de enchufes. Y por querer la nueva pieza, sus
padres terminaron enrollados en un conflicto estatal junto todo al clan.

Quienes intentamos ser alguien
mejor cada día, somos propensos a enamorar a quien sea, jaja más corremos el
riesgo de atraer a quién nunca nos valoraría, o peor: “Aunque me podía salir el tiro por la culata; igual conseguía gustarle
más a su madre.” (95)
No puedo negar que a veces “me sentía tan solo en aquel tren… era una
soledad extraña, poco habitual, que me había calado hasta el fondo. Se trataba
de una sensación un tanto más intensa que el miedo y algo similar a la
tristeza. (26) eran esas situaciones en las que “era incapaz de callarme hasta dejar bien
claro lo normal que era” (45), burdos hechos que se tornan “más locos que hacer de las bolsas de
plástico tu armadura contra la nieve.” (53) notables vislumbres
que transforman tu sentir a “¿Siempre
estas contento – siempre. Es un requisito para trabajar en Target, soy un
Smiley humano.” (57) de hecho estoy aprendiendo que “se puede ser feliz y estar preocupado.” (100)
SER UNA SONRISA CON PATAS!!!
“Odio levantarme con la sensación de que la gente ha estado dando
vueltas a mí alrededor mientras yo dormía.” (81) tampoco, “Nunca
he conseguido matar el tiempo sin hacer nada – contesté. – tengo la sensación
de debería estar haciendo algo.” (98) “Estudiamos mucho allí,
porque… ¿Qué otras opciones te da esta sociedad? A veces es el Starbucks o la
muerte.” (107) esos lugares que siempre repiten en tu mente la
misma emoción primera. “Me has hecho una
pregunta – me dijo –, y yo te he dado la respuesta. ¿Puedo decirte algo que no
te va a gustar nada? Va a cortar
contigo.” (101) cuando quieras escuchar la verdad –por más cruda
que sea– a través de un copo cristalino, ya sabes a quién recurrir.
“Se oyó un
ruido. Un ruido nuevo, distinto al ulular del viento, de los chapoteos de los
pasos sobre el suelo húmedo, de las pisadas en la nieve y el hielo. Era como un
chisporreteo, como el crepitar de un tronco ardiendo, lo que, teniendo en
cuenta frío, resultaba todo irónico. Ambos frenamos en seco. Stuart me lanzó una
mirada de alarma.
– No te muev...
Entonces la
superficie sobre la que nos encontrábamos se hundió.” (64)
Situaciones adrenálinicas como esta es la que activan a los “los departamentos cerebrales conectándose una
a una; Dpto. de Medición y regulación de Temperaturas, Dpto. del dolor y
procesamiento del mismo, oficina de confusión y pánico que le encanta presionar
botones.” (65) y secuencialmente nos van envolviendo… y pedimos al
cielo: “si, que nevara. Que nevara y
nevara, y que la nieve me enterrara. ¡Qué cosas tan graciosas tiene la vida.” (88)
“–
¿Quieres volver a casa por el camino largo? –me preguntó–. ¿O por el atajo?
Seguro que tienes frío.
– Por el camino largo –respondí–.
Por el camino largo, por supuesto.” (124)
Comentarios
Publicar un comentario
Sólo escribe lo que sientes, lo que acabas de leer tiene un valor personal e inmensurable ante ojos humanos.