Sí Muero Joven:
...
Entonces susurré al Cardenal yacente sobre la rama, tan pequeño y veloz:
A
mi alrededor puedan poner todos mis escritos, hojas y hojas de un cuaderno
abandonado con cada memoria alzada, que me permitieron tener lo que siempre
quise: tiempo, lugar y dominio completo de algo personalmente mío. Y una vez
que llegue a la cima del la montaña, el chico de papel kraft, observará el
firmamento con cada astro, nube y constelación en toda su extensión, mirará
como el cielo cambia de estación en estación refrigerado con los ecos del
viento y escuche los cantos del ruiseñor.
Mientras
todos los que compartieron mi vida, canten junto a la orquesta de la galerna,
el nombre del demente que sólo tomaba descafeinado, café de trigo y otros
cereales y que nunca conoció el amor de alguien. Y quien flemáticamente
escribía de esquina a esquina, importándole lo simple del llano y la
complejidad de un Vuelo."
Fue
en ese mismo instante, cuando aquella ave, se convirtió en mi mensajero,
obediente y presto para cumplir su misión, llegado el momento.
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