Óptico

"Quiero mirarte tímido cuando camuflo mi rostro entre los brazos para no ser atrapado infraganti, después de todo lo expuesto, he sido sorprendido haciendo lo inevitable: mirarte con querer y sin intención."


Releí todos mis escritos y descubrí entre ellos, una palabra que he usado con frecuencia inconsciente, y me ha sido inevitable. Últimamente me he visto incapacitado para escribir a velo descubierto lo que siento. No por cobardía, sino por la confusión que puede causar al ser incomprensible para alguien que lee con los ojos, lo que es inspirado por el corazón. Y es inevitable no mirarte cada vez que puedo, creo que he inventado un código de movimientos para contemplarte descaradamente a la vista de cientos, sin temor, porque lo he hecho desde hace años, en los cuales siento haber forjado la costumbre de amar en silencio, cuando quiero gritártelo de una calle a la otra y cada vez que te veo pasar.

Me compré unos lentes, ¿sabes?, tengo una vista muy buena, sólo es una excusa para leer frente a las pantallas, filtrar la luz azul que me irrita desde siempre, y por, sobre todo, para disimular mejor los avistamientos de tu magnifica figura estando a la distancia y en la cercanía. Cuando hablo de figura, no describo tu silueta, sino tu presencia, y esa personalidad infante llena de inseguridad y celo pidiendo atención en cuanto estamos a un par de metros. Supe que has preguntado por mí a un par de personas, me gusta tu impulso, de hecho, es lo que valoro mucho en los osados, quienes con un ímpetu inteligente ven sonrientes los resultados que calcularon, espero que lo tengas también, sería un buen indicador para un nuestro futuro.

Siempre me gustaron los lentes, mis amigos decían que iba con mi personalidad, pero como nunca necesite, no los usé, hasta ahora con una buena razón. Te seré sincero en un par de párrafos más; me es inevitable fijar mi vista en los ojos de otras personas, cuando niño evitaba hacerlo porque la gente se incomodaba, terminaba mirando siempre hacia el suelo, recuerdo en la universidad una de mis amigas, me dijo por primera vez, que mi mirada era pesada, no por desagrado, sino porque transmitía mucho a través de ella… y eso me dio una respuesta que solo nunca podría descubrir, porque pasaba mirándome a mí mismo el tiempo completo, cuando la naturaleza de los ojos es observar el exterior y sus componentes, desde entonces, me esfuerzo en controlar la intensidad de mi mirada concentrándome en el momento, porque mi alerta se divide analizando, imaginando, formulando y concluyendo ideas secundarias a lo que hablo, es una mirada que traspasa con sus palabras, me han dicho.

Por eso, ahora quiero aprender a usar estos lentes y divisarte mejor entre el pasar del gentío, quiero mirarte tímido cuando camuflo mi rostro entre los brazos para no ser atrapado infraganti, después de todo lo expuesto, he sido sorprendido haciendo lo inevitable, para adjetivar mi asunto más complejo, el acto que no mido, ni pienso al ser ya natural, mirarte con querer y sin intención. Persigo hacer tantas cosas, y una de ellas, es que albergues lo que siento cuando te miro óptico y taciturno en un abrir y cerrar de ojos.

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