Volteretas
La baldosa me partirá el cráneo y los tuétanos se agitarán hasta el titanus que me haga compañía. Los brazos me pesan, pareciera que mis dedos son de plomo y las escápulas se han adherido al suelo, porque ya no siento la diferencia entre mi cuerpo y el hielo a ras de la cerámica. Parece que aún sigo girando sin estrellarme, miro el techo tan alto esperando que los huesos me acerquen a una viga y me lance de arriba para otro intento, uno valioso sin error ni pausas.
Di vuelta el eje hasta estar de cabeza y patear el silencio hacia la ventana, tomaré otro impulso hasta estrellar la copa rebosada y se destruya el ápice sin cordura en los pedazos que se esparzan en la sala, como esos grandes candelabros en el sostén de un durmiente, pienso en la rotura de la puerta y su semejanza con la grieta en medio del living, creo que mi cuarta costilla sobre ella.
Bateo los tobillos entre la alfombra y repliego la frazada hasta cubrir el esternón y entender el fragmento de lo indemne, algo del todo; un domingo pasado, unas 17:04 horas, un atardecer tan extraño, o la página que no pude terminar. Aún sigue todo girando de vez en cuando, flota una pelusa y todo se revuelve en el aire, salto a la banca para resguardarme del tornado que invadirá en breve y rezongo al espacio donde espero que este grito estremezca un volcán de júpiter.
Caminar sobre calcáneos no me ha servido, intento tranzar entre carpianos pero me desplomo cuando creo patear mareas a mercurio. Me arrodillo tiempo, tiempos y un cuarto de tiempo, la rótula arde en su gelidez y a causa de la alta viga, siento que alcanzo lo que buscaba sin saber. Brinco con la palanca del olécranon y el escafoides propulsa la inercia de una gravedad inútil, desapareciendo unos segundos en el centro de mi casa.
Intento, pero los huesos son los únicos que pueden de vez en cuando, estoy aprendiendo, en serio, intento ponerme otra vez de pie, pero es tentador acostarme en el suelo e imaginar la manera en que solía levantarme, a pesar de las trabéculas y su emancipación, es reaprender a transferir pesos para propulsarse. Sigo, pero dando volteretas a cada tracto.
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