honjok
"En tiempo de tragedia se ha levantado una bandera."
No sé a cuál territorio pertenece, pero se ha erguido nueva y destellante, es el perfecto resultado de una guerra civil que arreció en una mente aguda, conflictos que aún no terminan por su política y profundidad, cuando los bandos preguntaban por la culpa de la inocencia, pero ya en su llanura, ninguna ha de ser librada de su propia convulsión. Desde las estaciones pasadas, pueblos enteros han guerreado en el mismo campo, se turnaban en sus triunfos y derrotas, naciones temblaron, países se repartieron sus territorios hasta quedar una tribu, una manada de pequeños caudillos que se levantaban inconmovibles tras la decisión y consciencia de explorar la profundidad de las preferencias y sus intereses propios, y de cultivar un nuevo mundo, uno auténtico en el núcleo de los nuevos descubrimientos.
Esta tribu está sola, pero no lo siente así. Es la oportunidad de reagruparse y comenzar de los cimientos, de sus propios tobillos y rodillas, explorar un lugar donde hallen significado a sus vidas, y aprendan a cohabitar entre sus semejantes en este nuevo valle.
Es el ofrecimiento del momento en labrar su identidad y usar el movimiento del honjok como una vía para comprender que cuando se permiten a sí mismos convivir con la soledad, aunque al principio sea incómoda, despiertan una autoconciencia más profunda. A través de actividades que contemplan el alma y aviven su curiosidad sentirán la anhelada riqueza espiritual estando consigo mismos.
Llegó el momento de que moren entre los helechos y la simiente del viento bajo las montañas, que construyan sus refugios con libros y viertan del café su sabor, que horneen su pan, que escriban sobre superficies sus emblemas, que caminen descalzos sobre sus dominios y canten libres para serenar el lapso que amordaza sus andanzas. Descubrirán otra vez el valor de pintar e ir más allá de lo conocido.
A pesar de vivir en un mundo interno, tan extenso a tal punto de perderme, era hallado por la matriarca, reposado en sus brazos cálidos y acariciado por una voz que ahora sólo vive en los contornos de mi alma, que resuenan para amarme aunque ella ya no está conmigo. Juntos hacíamos una tribu, pero ya no está aquí, y me toca moverme otra vez, nómade, a momentos errante sobre la faz de la tierra, hasta encontrar nuevamente un lugar seguro con la forma de sus brazos. Hoy tengo un cuerpo, pero siento que retengo dos almas dentro de mí, a ella y a mí para continuar existiendo. Siempre pude con la soledad, pero ésta, me está haciendo difícil respirar, porque ya no está. No está. Me sostengo de cada cosa que portó, pero ya no puedo a la misma velocidad. Es como estar solo sin sentirme solo, pero sí en soledad. Ahora soy una tribu de uno.
En idioma surcoreano, "Hon" significa estar solo y "jok" es tribu, así que honjok quiere decir "tribus de uno solo".
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