Gemütlichkeit
Es ese sabor que no se me quita, la fortuna de la cálida soledad acompañada de visitas silvestres que se dejarán caer de vez en cuando para cruzar esa puerta derecho a la mesa y tomarse una cebada recién servida y partir la conversación de las buenas nuevas entre carcajadas.
Todo el tiempo en que bajaba mis posesiones por las escaleras el otro día, regañaba a la pregunta del por qué y en qué momento compré tantas cosas innecesarias que ahora, debía cargar hasta el auto y fue peor el arribo, cuando de todos las cajas, mochilas y maletas excelentemente llenas de cosas, volvía a apreciar el uso inútil de tanto cachivache. Se empieza con nada y de a poco uno va armando su casita ¿no? lo escuché muchas veces de matrimonios ya pasando su experiencia, y eso me hizo pensar, en que tal vez, algunos nos toca hacerlo solos, emprender el vuelo de la independencia sin alguien, y bueno, sin más drama expreso: ¡cómo hacerlo sin los cachureos que otros desechan! digo, me regalaron algo inesperado y que se ha convertido sin duda en uno de mis posesiones más valiosas, un viejo escritorio a punto de ser desechado por no hallarse más espacio entre los muebles nuevos de una casa.
Me hace feliz mirar todos los días cómo con lluvia o el atardecer pegando en la ventana, se refleja la superficie de la madera industrial en el vidrio con el filtro tenuemente sepia, y que en las dos últimas semanas contiene todo lo que uso para abrir el alma transportándome a donde nadie puede alcanzarme. Hay un mesón largo cubierto por un género gris jaspeado que compré hace meses con el motivo de usarlo en algún momento, y no hubo mejor destino que la mesa donde como, trabajo y obro cada día. Tiene el toque eh, bordado por punto overlock da la impresión de que fue descompuesto un blazer de los 50, de hecho combina bien con el molde metálico que uso para contener el desayuno a punto vivo las 24 horas. Me gusta este ángulo ¿sabes?, me refiero al que veo cada vez que me siento en la banca de la casa, esquinado mi atril preguntándome implícitamente cuando volveré a usarlo, y la respuesta es, muy pronto, en breve es de esperar que pueda pintar como imaginé un día de febrero. Murallas de madera prensada de color blanco invierno se detienen sobre baldosas que simulan la petrificación de tablines y tachonado por vigas a la vista.Necesitaba el silencio absoluto para conversar lo que no puedo con otras personas, delinquir en el pensamiento para quebrar lo que debe ser roto, y moverme para sentir que avanzo. Siempre tuve la intención natural de hacer que los demás se sintieran contentos y augustos conmigo y de lo que poco tuviera, hacerles sentir especiales. Una frase que me encantó leyendo, fue la de Anna Sewell "son las buenas personas las que hacen buenos los lugares" y es cierto, aunque siempre lo he sabido me toca comprobarlo, necesitaba un espacio para hacerlo, para recibir a quien lo requiere, para comer lo que se me antojara y por fin, y una vez por todas, eternizar el orden de una casa. Sólo quiero decir que busco lo mismo para mí, porque Dios lo sabe, lo ha oído y lo ha visto, preciso de un lugar donde me sienta cubierto aunque no haya alguien para extenderlo sobre mí, y me lo permitió, y hemos andado increíble.
En fin, quiero decirte, puedes interrumpirme mientras escribo en el computador y enfocar por la ventana el sol disipándose en el oriente, escuchar conmigo la lluvia penitente disolviéndose con YouTube impregnando el ambiente con acordes irlandeses.
Espero darte esa sensación aquí en esta casa, la que persigo en el primer minuto de la mañana, de hecho, está escrito en la entrada, van a ver días difíciles seguro, apacibles, ensordecedores y hasta fugaces, pero serán las horas en que podrás sentirte bienvenido, contenido y cómodo. Sin lugar para el prejuicio, la burla o el miedo. Así que adelante, estás cordialmente invitado, invitada, para que afuera toques la campana (literal) y me ayudes sacando lo que necesitaremos del huerto para la crema que este especialista en sopas (en potencia) está probando todos los fines de semana. Ojo, tengo una estufa a parafina muy buena eh, donde hiervo la caldera todas las tardes para tomar once y el termito que a pesar de costar un riñón, ha suplido con creces su función, y otra cosa más, el violín está posado en la banca, para cerrar la triangulación eso significa que también estoy retomándolo, chicharrea despacio, pero de apoco te podré entretener con mis lecciones autodidactas. Está todo listo, creo, no no, remato con la inversión que hace semanas hice con una chaqueta de jeans y chiporro que desde los 20 quería comprarme, y me la regalé a los 27. Me toman tiempo las cosas, me toma tiempo quererme, ya lo ves, por eso, necesitaba este espacio, para trabajar en ello y planeo lograrlo a pulso de gemütlichkeit, quererse uno, aceptarse uno, para amar a los otros y aceptar a los demás, comienza el recorrido.
Gemütlichkeit, es una palabra de origen alemán que expresa la sensación de estar seguro, sentirse arropado y augusto en casa, un espacio preparado y ameno. ☕🌲
Comentarios
Publicar un comentario
Sólo escribe lo que sientes, lo que acabas de leer tiene un valor personal e inmensurable ante ojos humanos.