Calígine

"¿Y si no gano la pelea?, y si todo este tiempo en la neblina no es nada más que el paso a otra más espesa... evitar para vivir o vivir para evitar."


¿Y si todo esto siempre ha sido la neblina? Que ilógico es tenerle miedo al miedo. Saber que en cualquier momento alguien devele tus temores mas profundos, siendo estos a su vez tus propios secretos. Parece que mi alma ha encontrado el espeso abismo de una niebla que oscurece todo sentido al verme privado de tantas bellezas en la vida, oportunidades desechadas por su primer sabor semejante al aguamiel al paladar, pero en mi vientre como el ácido más corrosivo. Ha sido evitar para vivir, o vivir para evitar... La secuaz llaga que permanece abierta recordando el dolor que no puedo mirar, es el puñal que no alcanzo a sacar de mi espalda, es el sentimiento que me rodea cuando una de las fuentes mas puras de amor parece secarse frente a mí y a la vez tan lejos de mí. Percibo ser llevado por la lenta e inofensiva corriente de un río pantanoso, que sólo abre paso afilado a la punta de una barca en medio de pesadas cortinas, evaporadas desde los juncos.

El temor nos adentra en una atmósfera que no conoce profundidad y longitud, nos encierra en una capsula de aparentes minutos para el mundo, pero volviéndose décadas de incertidumbre para quien flota quieto y paralizado por el mismo río. Esto es lo que me hace pensar que la fugacidad de los bienes que tuve no fueron más que vislumbres del sol, pasajeros entre la densidad de esta cruda calígine. Me toca ser el hombre preso por la esperanza, el letárgico penitente que espera el punto exacto de su liberación por lo desconocido. Los días pasan calurosos, brillantes pero tan opacos y exhaustos por mis ojos.... pierdo la cordura navegando la triste línea de la vanidad... evitando para vivir, o viviendo para evitar. 

¿Y si no gano la pelea?, y si todo este tiempo en la neblina no es nada más que el paso a otra que me toca... Lamento haber rechazado tus labios, pero no podía arriesgarme y saltar a una niebla más. Lamento haber evitado tus besos, pero no me arrepiento de mantener la inocencia de los míos. Cada jornada pasando de largo tus miradas de amor indefenso, para no estar cegado por otra niebla más. Lamento haber ignorado tus respuestas, pero no me arrepiento de las preguntas... evitar para vivir, y vivir para evitar. ¿Es que no oyes? ¿no ves?, yo no puedo desde aquí ver otra cosa que no sea esta neblina. Al lugar y modo que me dirija, no existe nada mas que el difuso ocaso de otro sorbo dulce de ácido corrosivo. Tal vez por eso, mi cuerpo amarillento permanece flotando en el mundo, he evitado lo inevitable hasta esta parte de mi juventud, con un cuerpo fatigado sólo he armado de valor lo que llevo dentro porque un día esta batalla será revelada sin miedo y ante todos los principados de lo invisible, el temor será disipado por un resplandor de gloria.

Comentarios

Entradas populares


¿Vendrías verdad?