Sempiterno

"Aunque me ames, sabemos que existe un paso al odio. Sin querer me convertiré en el eco que perciban tus oídos próximamente, porque trascenderé mi llamado en los corazones de quienes me rodean."


Me encantaría decir cuánto agradezco tu reticencia, pero ambos sabemos que no duraremos mucho tiempo mirándonos entre el pasar de la gente, y tendremos que deshacernos de este sentimiento para no estirarlo a causa del interés. Ayer hablaba con un grupo de personas que sostenían la triste creencia de que nacemos para morir, porque ya al alumbrarnos el tiempo comienza a envejecernos. ¿Qué pensamiento es ese? Sin propósito ni sentido, rehusé hace tanto sosegar esas ideas que me es inevitable pensar en lo interminable que pueden ser nuestras vidas sobre todo cuando marcamos el centro de otras existencias y pateamos el olvido viviendo para siempre en otros, incluso siendo conocidos para personas que no conoceremos.

Y este es el caso de ambos creo, varias personas nos han dicho que formaríamos una dupla increíble, y sólo a los dos en una mirada se nos ocurre ir más allá en nuestro ágil imaginar pensando en esa forma… pero no valdría la pena pensando en la eternidad, a lo ser que inventemos la nuestra un momento, milésima en los segundos de la magnitud que no puede ser medida, a lo que asientes con tu sonrisa taciturna pero tan resplandeciente que imposibilita el hecho de ignorarla. Tu voz es un paraje cuando cantas, lo sabes, y aunque a veces estoy celoso de que más personas reconozcan tu don, sólo yo quiero guardarlo. A veces me da miedo sentir tanto, y aunque aún no lo sepas seriamente, espero que nunca sientas el vacío del amor o que pienses que nunca alguien te ha valorado, porque yo lo he hecho profundamente encerrado en el lugar donde estoy, oculto a plena vista. He aprendido a vivir sin dolor, un paso a la vez, no como antes, atolondrado y reseco, corriendo por encontrar una respuesta, cuando he descubierto en más de una vez mi puesto en el mundo. Me gusta escuchar el sonar de la caída, porque me recuerda lo sustantivo de la vida, cómo en cada segundo somos privilegiados con un nuevo aliento, y en su resonancia sórdida el agua impetuosa se allega calma a las orillas para nutrir la tierra y hacerla germinar. ¿Sabes lo hermoso de mis decisiones? en que hoy puedo ver sus vástagos. Y sin querer me hallo rodeado de lo que he sembrado, aguardando inquieto las horas para ver lo que segaré, confiado en que será algo mucho más fastuoso de lo que espero, y me será devuelto el sacrificio con el que mineralizo mis semillas.

Tal vez no puedas tenerme, pero sé que cada semilla plantada en las personas que me han conocido te recordarán quien soy, será doloroso, porque escuché tu elogió hacia mí el otro día, y aunque es honorifico – y a la vez, exagerado – decir que soy ‘tan noble que es difícil no querer acercarse a mí’, lo agradezco entrañablemente, y simpatizo con tu dolor al negarte y quedarte a la distancia. Nunca ha sido mi baluarte llamar la atención ni sobresalir, pero acepto hoy mi llamado a trascender en las vidas de quienes me rodean. No tengo el don de la inmortalidad, no soy eterno, ni soy irrevocable, pero si me he vuelto en algún sentido; sempiterno, viviendo para siempre en los corazones de otros.

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