Huésped.
"¿Sabrá todo humano que mi mano te busca en el rozar del viento? ¿Podrá alguien entender por qué guardo tu puesto en mi mesa como contracabecera?; podría desistir para evitarte, pero al intentarlo vuelvo al lugar que me corresponde: un huésped en el eros, viviendo una vida prestada de la fábula."
Este es uno de
los fines de semana que no alcanzan su propósito y por tanto deben ser
expulsados de la ceremonia del tiempo. Pediría sus primeras horas como cabeza
en bandeja de plata para no apedrear a las eras y su experiencia… hace tanto
frío hoy que hasta caminando la parálisis no desaparece, esperé llegar a
amplios salones entibiados por el reencuentro, pero pareciera que todos los
comensales de las estaciones acordaron abrumarme con su observación y prejuicio,
cátedras tan antiguas como la primera fábula, conocimientos y teorías que he barajado
desde hace tanto… estará de más decir lo extraño que me siento en castillos ya
habitados y extraviado en mesas rodeadas de mis amistades… Aquellas preguntas
se han vuelto ruidos ancestrales resonando en el centro de mi oído cuando
aparecen con aspereza en sus voces. ¿Ves los estragos que causas por no estar
aquí conmigo?
Caminando
entre largos pasillos observaba a la multitud de convidados entrando y saliendo
por las puertas en medio de las celebraciones, nuevos rostros se agolpaban para
saludarles, y la comida sobreabundada a lo largo de los comedores; más me
retaba el silencio, permanecí callado escuchando una y otra vez la insistencia
de tu ausencia, y yo no sabía qué responder a parte de la mita verdad, aunque
veía en cada iris fija la insistencia de una respuesta clave al misterio.
Ha nacido una
ilusión en el estrado del futuro, suposiciones apuntaban como nuevos candidatos
enlazados al porvenir. Pero no me quedaba más resolución que ésta. Me siento un
huésped desterrado por la hostilidad de la ignorancia, un mero y solitario
hombre rodeado de bondades que no apuntan a su anhelo más antiguo. Todos
solicitan tu presencia, preguntan por mi corazón no conocido, aclaran sus dudas
de tu tardío y me aconsejan como atraerte a mí, pero desconocen que eres tú
quien dejó de seguirme en el silencio. De hecho, a mi lado dejan tu puesto
vacío, me preguntan sobre qué cosas haremos cuando vivamos juntos, cómo
arreglaremos nuestro sencillo enlace y cuándo realzaremos nuestro primer sueño…
cuando buscan sus respuestas me siento tan ajeno a mí mismo, siento que vivo
una vida que no me pertenece, que pedí prestada la vida de alguien más, porque
mi forma de ser y el talento que adosan mis manos no se ajustan a la realidad
de tu falta.
Puedo
recordarte que lo que tus ojos ven de mi posesión, tuyo es, que el lejano
paraje de nuestro encanto permanece escondido entre desconocidas quebradas
aguardando a sus primeros huéspedes… ¿sabrá todo humano que mi mano te busca en
el rozar del viento? ¿Podrá alguien entender por qué guardo tu puesto en mi
mesa como contracabecera? ¿Se habrán dado cuenta de las cartas que te escribo
acordando un encuentro en el paso del destino, marchito y sin toque?.
Entonces,
¿crees tú también en nuestra fábula?
Comentarios
Publicar un comentario
Sólo escribe lo que sientes, lo que acabas de leer tiene un valor personal e inmensurable ante ojos humanos.